
El aire comprimido es una fuente de energía segura, versátil y esencial en múltiples procesos industriales.
Desde la minería hasta la manufactura, su aplicación garantiza eficiencia, productividad y confiabilidad en entornos exigentes.

El aire comprimido es fundamental en minería superficial y subterránea, así como en excavación de túneles y galerías. Se utiliza para:
En la etapa de refinado y fundición, el aire comprimido se emplea para:

Para el movimiento de materiales a granel, se requiere aire comprimido con presiones entre 0,5 bar y 4 bar (7,5 a 60 psig), ideal para transporte en fase densa o diluida.
Las prensas filtrantes utilizan aire comprimido confiable y eficiente de hasta 13 bar (195 psig), y en aplicaciones de alta presión, compresores que alcanzan 20 bar (300 psig) para optimizar la separación de sólidos y líquidos.
Se requiere un suministro constante de oxígeno mediante tecnologías de baja presión para garantizar una actividad óptima en el proceso de lixiviación.
Trituración y cribado: compresores exentos de aceite (Clase 0) prolongan la vida útil de filtros y reducen costos de mantenimiento.
Flotación de espuma: soplantes de tornillo y centrífugas multietapa para operación confiable, normalmente por debajo de 1 bar (15 psig).